Una tarde
que era fría, o caliente, sinceramente no me acuerdo, entumecido en un sillón de
la sala de mi casa, en la mesa una limonada con hielo que se derretía más lento
que los latidos de mi corazón, que palpitaba como si hubiera realizado tres
triatlones seguidos. Unos trocitos de pollo empanizado me invitaban a saborear
algo mientras transcurría la angustia, pero la verdad tuvieron que esperar, ya
que por mi garganta con costos pasaba la saliva que tragaba y a veces
profundamente según la jugada… por allá se escuchan los gritos de la gente que
me advertían de lo que iba a suceder en el juego, ya que la señal de mi
televisor estaba ligeramente atrasada.
Los
90 minutos hicieron que me quedara inmóvil frente al televisor, era como una
fuerza atrajera mi atención y no pudiera hacer nada por despistarme de ella,
solo el sonido de un pito hacia que saliera de ese trance, fuera por mas
limonada (que ya sabía a agua por el hielo derretido) y me sentara de nuevo a
ver el partido, no había terminado, íbamos 0 a 0.
Durante
los aproximadamente 15 minutos de descanso del segundo tiempo y antes de
iniciar los tiempos extra me sirvió para reflexionar, sí, ver el camino trazado
a los cuartos de final, empezando por un Uruguay que nos inicia ganado el
partido por un penal (que me parece que si hay contacto, pero hay más actuación),
llegamos al medio tiempo y la famosa “charla del entretiempo” que algunas veces
son milagrosas, como en este caso y la sele supo responder no anotando uno, ni
dos, fueron tres goles los que se llevó Uruguay ese día, tragándose severamente
sus palabras de Costa Pobre y otras por ahí, allí inicio un sueño, los primeros
3 puntos del mundial ganándole con humildad y valentía a una escuadra celeste,
impotente ante los ticos.
Y había
derecho a soñar, el próximo era Italia, a mi parecer era el contrincante más
fuerte del grupo, pero no había miedo, ni sumisión, fueron 11 contra 11, de tú
a tú… Hasta el momento que Díaz se sacó un pase asombroso hacia la cabeza de
Ruiz, después de eso fue pura algarabía, ese gol de Ruiz fue histórico, se celebró
por cada calle de nuestro país, le ganábamos a Italia, otro campeón mundial y
fue más la celebración al escuchar el pitazo final de un partido de que Costa
Rica, un país del que no se sabía mucho, había arrodillado a Italia y dejándolos
en “capilla ardiente” ante una futura clasificación. Se soñó y se logró, ya que
con ese triunfo asegurábamos un pase a los octavos de final.
Llego
el turno de Inglaterra, una selección decaída por una eliminación más que eminente
y su artífice fue nuestra sele, quizá vendrían con sed de venganza ante ello,
pero nada de eso importaba, había que jugar el partido y ser valientes en la
lucha, fue un partido duro, pero rendirse no era una opción, hasta que se acabó
el encuentro y quedo empatado 0 a 0. Costa Rica, la que muchos daban por muerta
en mundial sin haber iniciado, se levantaba en el grupo D, como líder con 7
puntos, sí, callando muchas bocas y haciendo respetar el dicho que “por la boca
muere el pez”. Demostró con coraje, sabiduría y humildad que cuando se quiere,
se puede!!!
Ya en
los octavos de final, repitiendo la gesta de hace 24 años en Italia, ahora estábamos
en Brasil haciendo historia, el rival era Grecia, la Grecia de los dioses y mitologías,
un cuadro bien armado y que propinaba golpes letales en sus contraataques. Fue el
partido más trabado de la “Sele”, no hubo espacios y el manejo del balón fue
complicado, pero en la cancha teníamos magos, sí magos, ya que en una
genialidad nació y entre Cristian Bolaños y Bryan Ruiz, se concretó un gol, uno
que nos hizo estallar en jubillo y alegría, uno que permitía en soñar y llegar más
allá, ya no había techo, nunca lo tuvimos y esa era la consigna. Hasta que… Un
remate dentro del área les permitió a los griegos empatar el partido a minutos
de que este acabara, fue un balde de agua fría, fue como si a un niño se le
quitara su juguete favorito, como el rechazo de esa persona que amas, como un
gallo pinto sin salsa Lizano…
Frustración, dolor , impotencia, todas reunidas, peleándose
por uno, que nada más veía incrédulo la repetición del gol, que nos llevaría a
tiempos extra o inclusive a penales, tan cerca que estaba la clasificación… Aun así nuestros muchachos demostraron que están
hechos y dieron el 1000 x 1000 en la cancha, agotados y casi sin aire, dieron
su último respiro por luchar hasta el final, que se resolvió en tanda de
penales. Los penales son una “Ruleta rusa”, hay un 50/50 en anotar o fallar, más
de uno con rosario en mano bajaba ángeles y hacia promesas con tal de que la
sele ganara y lo digo porque hasta yo lo hice. Los penales iban siendo anotados
tanto por ellos como por nosotros, el turno era de Theofanis Gekas,
experimentado delantero griego, del otro lado, uno de nuestros héroes Keylor
Navas, un silencio total, hasta que de
una forma magistral Keylor, San Keylor atajo el penal, las puertas estaban
abiertas de par en par, solo tendríamos que anotar el próximo penal a favor
nuestro y la responsabilidad cayó en manos de Michael Umaña, que sin titubear,
puso el balón en el unto, respiro y anotó un gol, que a miles de kilómetros de
Brasil se escucharon las voces de casi 5 millones de almas unidas por el fútbol, era increíble la sele se mediría en CUARTOS DE FINAL, ante otra
potencia, el eterno subcampeón de mundiales, Holanda.
Iniciaron
los tiempos extra, le habíamos “aguantado” hasta tiempos extra el partido a
Holanda, cada vez los partidos eran más cerrados y disputados, pero los ticos
no bajábamos la frente y estábamos en pie de lucha, y digo todos, porque éramos
todos los ticos representados en 11 hombres dando alma, vida y corazón en la
cancha.
El tiempo
no dio para más y todo se resolvería en los lanzamientos de penal, Holanda con
una sorpresa cambio su portero, y claro que fue una gran sorpresa, ya que este nos detuvo 2 penales y clasifico a
Holanda para enfrentarse en semifinales a Argentina, que había vencido a Bélgica.
Sentí
como una lagrima cristalina bajaba por mi mejilla, una lagrima que representaba
no dolor ni sufrimiento, fue una que resaltaba honor y ORGULLO, se luchó con
todo hasta el final, los penales son suerte pura, nuestra sele lo dio todo pero
hasta aquí llegaba nuestra aventura en Brasil….
Me
limpie la cara y solo frente al televisor me puse de pie y aplaudí a un grupo
de ticos que son orgullo de nuestra tierra, que le enseñaron a Brasil y al
mundo de donde somos y lo que podemos dar, que somos ticos y a mucha honra.
Aplaudí
también al profe Pinto que supo superar críticas de los medios, inclusive de mi
mismo en contra de él, gracias profe porque usted es un artífice de esta
historia, usted merece su reconocimiento, pero sobre todo respeto, gracias de corazón.
La historia
de Brasil se escribe con letras de oro en las páginas de nuestras vidas,
nuestra sele es nuestro ejército, que nunca cayeron ante los rivales y que a
partir de este mundial se convierten en leyendas de nuestro fútbol nacional.
Por último
quiero decir que este triunfo (porque eso es) de nuestra sele no quede solo
como una hazaña que contar, que sea el inicio de un nuevo camino, para hacer
las cosas bien, que crezca el fútbol de calidad de nuestro país y brillemos
como lo merecemos.
VIVA
COSTA RICA CARAJOOOOOO!!!!!!
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